jueves, 25 de marzo de 2021

VIDA DE DON ORIONE (V)

 26.- La salud de don Orione se fue deteriorando cada vez más. En abril de 1939 sufrió una angina de pecho que logró superar. El 9 de febrero de 1940 otra angina de pecho hizo temer por su vida pero fue recuperándose. Por recomendación médica se decidió que fuese trasladado a San Remo y, aunque se resistió, finalmente accedió. El 8 de marzo dio las últimas “buenas noches” en la Casa Madre de Tortona y se quejó diciendo: “No es entre las palmeras donde quiero vivir y morir, sino entre los pobres…”. El 9 de marzo llegó a San Remo donde permaneció en la Villa de santa Clotilde hasta el día 12 en que falleció. Durante sus últimos tres días escribió cartas, envió telegramas y recibió visitas. La noche del 12 de marzo su estado de salud empeoró. Acudió a su habitación el clérigo enfermero y lo ayudó a ir de la cama al sillón. Una religiosa se acercó a la puerta para entrar pero don Orione, con un suave gesto, le indicó que no entrase. Llamaron al médico pero, antes de que éste llegase, don Orione pronunciando las palabras: “¡Jesús, Jesús, Jesús, voy!” partió con el Padre celestial a las 22:45h.



27.- El proceso para la beatificación de don Orione se inició con un milagro ocurrido en 1944. Jorge Passamonti, un niño italiano de 14 años, enfermó de meningitis tuberculosa. Fue llevado al hospital y allí entró en coma. Los médicos lo habían desahuciado. Su madre le colocó una estampa con la imagen de don Orione bajo su almohada pidiendo un poco más de tiempo para que su padre, que estaba de viaje desde San Remo, pudiera despedirse de él. En la madrugada Jorge estaba curado. Después de llevar a cabo los correspondientes estudios de médicos y teólogos, se reconoció este milagro que dio paso a la beatificación de don Orione. El 26 de octubre de 1980 don Orione fue proclamado Beato en Roma por el papa Juan Pablo II.



28.- Para la canonización de don Orione fue reconocido un segundo milagro realizado en 1990 a Pierino Penacca, un hombre italiano de 78 años al que le fue diagnosticado un cáncer de pulmón. Debido al estado avanzado de su enfermedad y no existiendo posibilidad de tratamiento curativo, los médicos lo enviaron a casa desahuciado. Sus familiares y amigos rezaron con devoción a don Orione para que obrase un milagro. Y éste se produjo. Pierino se recuperó rápidamente y de forma inexplicable. El tumor desapareció. Por esta curación milagrosa, el 16 de mayo de 2004 don Orione fue canonizado en la Plaza de San Pedro de Roma por el papa Juan Pablo II.


29.- “Don Orione lo ha definido “primer himno de los Hijos de la Divina Providencia”.
Estamos terminando el mes de mayo, mes mariano. Expresamos nuestra confianza en la Virgen con este canto, definido por don Orione como “primer himno de los Hijos de la Divina Providencia”.
Surcando un mar tumultuoso, ha sido un canto popular particularmente apreciado por san Juan Bosco. El texto alude a la incertidumbre espantosa entre el “mar tumultuoso” y el “mundo traidor” y el abandono confiado en manos de María, guía “compasiva y hermosa”.

Surcamos un mar tumultuoso
de un mundo traidor
a la suspirada orilla
¿Quién nos llevará?
María compasiva y hermosa
estrella de mar brillante.
María, nuestra esperanza
nos guiará.

Don Orione aprendió y cantó este canto incontables veces en los tres años que pasó en Valdocco (1886 – 1889), en vida de don Bosco. Cuando abrió su primer colegio en san Bernardino de Tortona, en condiciones precarias con tan solo la confianza en la Divina Providencia, les enseñó espontáneamente a sus muchachos la alabanza de la fe en la Madre de la Divina Providencia “Surcando un mar tumultuoso”. Por esto, después, durante su vida a menudo don Orione recordaba que este canto fue “el primer himno de los Hijos de la Divina Providencia”.
En la lectura breve de Laudes de la fiesta litúrgica de san Luis Orione, se lee: “hay quien suplica por un madero más frágil que la barca que lo lleva. Pero tu Providencia, oh Padre, la guía, pues también en el mar abriste un camino, una ruta segura a través de las olas”, (libro de la Sabiduría 14, 1- 4). Este es el significado espiritual del canto.
Viene a la memoria, el cuadro de la pintora Ida Marcora Grolla que representó a don Orione al timón de la barca de la Pequeña Obra de la Divina Providencia surcando un mar tumultuoso.
Dejando atrás la simbología, don Orione aseguraba que la Virgen también había intervenido de forma no ordinaria en ayuda de la Congregación. “Considero hechos extraordinarios los que ocurrieron al inicio de la Pequeña Obra y durante todos estos años. Tantas veces la Virgen ha intervenido directamente en nuestro consuelo, vino visiblemente a salvar esta pequeña barca."
Don Orione en la Fiesta de la Guardia en 1931 dijo: “Es el primer himno a María Santísima que han cantado los primeros alumnos acogidos en san Bernardino: Surcando un mar tumultuoso… Todos los Hijos de la Divina Providencia, desde los primeros hasta vosotros cantaron y cantan siempre el primer himno y que toda vuestra vida sea un canto de gloria y de bendición a Dios y a la Santa Madre de Dios María Santísima”.
“¡Cómo se desea la tierra cuando se está en el mar! Como se desea la orilla. ¿Quién nos llevará a la orilla anhelada? ¿Quién nos conducirá al puerto de la eternidad, a la Tierra Prometida, a la celeste Jerusalén? ¡María!, María, la stella maris, la estrella que guía al navegante.
El navegante es llevado por el madero, la barca es guiada por la estrella. Nosotros, los navegantes en este mar del mundo, somos llevados por el madero de la Cruz de Jesús y guiados por la luz que es María, que se nos ofrece como consuelo y salvación”.
Don Flavio Peloso




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